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sábado, 1 de noviembre de 2014

¿are u happy?

"¿Eres feliz?" Es una pregunta tan difícil. Siempre contesto que si, porque tengo amigos, me río con las bromas, salgo mucho y me divierto. Mi vida no es tan mala como podría llegar a serlo y mis problemas no son terribles.
Podría ser peor.
Pero entonces, una noche a las 3 a.m. sola y sin poder dormir; acostada en la cama, pensando sobre la vida. Me encuentro a mi misma llorando con todo mi corazón, convenciéndome de que no le agrado a nadie o que nunca nadie va a quererme.
Me siento horrible y empiezo a cuestionar todo lo que tengo y me pregunto si alguna vez fui realmente feliz.

lunes, 14 de julio de 2014

Enseñame.


Enséñame.
Enséñame que el amor es más que ir juntos de la mano
 más que besarnos en público
 más que escribirnos cualquier cursilería
 más que llamarte por teléfono todas las noches.
Enséñame que el amor vale la pena. 
Enséñame que tú vales la pena.

jueves, 26 de junio de 2014

Adiós.


 Lo lejos que estás, lo cerca que te quiero. Si hablamos de distancia siempre pienso en lo equivocado de tu cuerpo, a tantos kilómetros de mis besos. Si hablamos de amor ahí no te encuentro, entre tú y yo no hay sentimientos. Y fue bonito a veces, pertenecerte a ratos, y amarte siempre. ¿Quién mintió más? ¿Quién cerro los ojos más fuerte? Supongo que el destino será el que diga quién echa de menos y quién olvida las promesas y las eternidades que no fueron. No me culpes por este silencio, ayer mismo te decía lo mucho que me gustaría arrancarte la ropa antes de meternos a la ducha, tirar las dudas por el desagüe, quedarnos sólo con la certeza, eliminar los quizáses. Y aunque las ganas de no soltarte nunca siguen estando, la que se va soy yo. Porque a la hora de la verdad el vacío de mi mano buscando la tuya es la cosa más triste, lo que vuelve al mundo una escala de grises. Que eres como el sonido de un acordeón que llora baladas de desamor que nadie oye. Que hay que dejar ir a lo que se quiere cuando no se tiene. Y he aprendido a ver cuando es ese momento. Y el nuestro llegó hace mucho, pero nunca es tarde para hacer lo correcto. 
Por eso, y porque no puedo seguir esperando que vengas a verme, adiós.

A veces.


Y a veces quisieras insultarlo a los gritos y bailar sobre su cadáver y decirle: 
“Si estuvieras muerto escupiría tus ojos, aún muerto te insultaría y te golpearía porque me has dejado tanto tiempo sola, debajo de una alcantarilla, amándote perversamente en lo más bajo de una soledad grotesca y pestilente, hecha de tu cuerpo invisible y de mi deseo por ti que sólo morirá conmigo…”

viernes, 6 de junio de 2014

Sal con una chica que lee.

Sal con alguien que se gasta todo su dinero en libros y no en ropa, y que tiene problemas de espacio en el clóset porque ha comprado demasiados. Invita a salir a una chica que tiene una lista de libros por leer y que desde los doce años ha tenido una tarjeta de suscripción a una biblioteca. Encuentra una chica que lee. Sabrás que es una ávida lectora porque en su maleta siempre llevará un libro que aún no ha comenzado a leer. Es la que siempre mira amorosamente los estantes de las librerías, la que grita en silencio cuando encuentra el libro que quería. ¿Ves a esa chica un tanto extraña oliendo las páginas de un libro viejo en una librería de segunda mano? Es la lectora. Nunca puede resistirse a oler las páginas de un libro, y más si están amarillas. Es la chica que está sentada en el café del final de la calle, leyendo mientras espera. Si le echas una mirada a su taza, la crema deslactosada ha adquirido una textura un tanto natosa y flota encima del café porque ella está absorta en la lectura, perdida en el mundo que el autor ha creado. Siéntate a su lado. Es posible que te eche una mirada llena de indignación porque la mayoría de las lectoras odian ser interrumpidas. Pregúntale si le ha gustado el libro que tiene entre las manos. Invítala a otra taza de café y dile qué opinas de Murakami. Averigua si fue capaz de terminar el primer capítulo de Fellowship y sé consciente de que si te dice que entendió el Ulises de Joyce lo hace solo para parecer inteligente. Pregúntale si le encanta Alicia o si quisiera ser ella. Es fácil salir con una chica que lee. Regálale libros en su cumpleaños, de Navidad y en cada aniversario. Dale un regalo de palabras, bien sea en poesía o en una canción. Dale a Neruda, a Pound, a Sexton, a Cummings y hazle saber que entiendes que las palabras son amor. Comprende que ella es consciente de la diferencia entre realidad y ficción pero que de todas maneras va a buscar que su vida se asemeje a su libro favorito. No será culpa tuya si lo hace. Por lo menos tiene que intentarlo. Miéntele, si entiende de sintaxis también comprenderá tu necesidad de mentirle. Detrás de las palabras hay otras cosas: motivación, valor, matiz, diálogo; no será el fin del mundo. Fállale. La lectora sabe que el fracaso lleva al clímax y que todo tiene un final, pero también entiende que siempre existe la posibilidad de escribirle una segunda parte a la historia y que se puede volver a empezar una y otra vez y aun así seguir siendo el héroe. También es consciente de que durante la vida habrá que toparse con uno o dos villanos. ¿Por qué tener miedo de lo que no eres? Las chicas que leen saben que las personas maduran, lo mismo que los personajes de un cuento o una novela, excepción hecha de los protagonistas de la saga Crepúsculo. Si te llegas a encontrar una chica que lee mantenla cerca, y cuando a las dos de la mañana la pilles llorando y abrazando el libro contra su pecho, prepárale una taza de té y consiéntela. Es probable que la pierdas durante un par de horas pero siempre va a regresar a ti. Hablará de los protagonistas del libro como si fueran reales y es que, por un tiempo, siempre lo son. Le propondrás matrimonio durante un viaje en globo o en medio de un concierto de rock, o quizás formularás la pregunta por absoluta casualidad la próxima vez que se enferme; puede que hasta sea por Skype. Sonreirás con tal fuerza que te preguntarás por qué tu corazón no ha estallado todavía haciendo que la sangre ruede por tu pecho. Escribirás la historia de ustedes, tendrán hijos con nombres extraños y gustos aún más raros. Ella les leerá a tus hijos The Cat in the Hat y Aslan, e incluso puede que lo haga el mismo día. Caminarán juntos los inviernos de la vejez y ella recitará los poemas de Keats en un susurro mientras tú sacudes la nieve de tus botas. Sal con una chica que lee porque te lo mereces. Te mereces una mujer capaz de darte la vida más colorida que puedas imaginar. Si solo tienes para darle monotonía, horas trilladas y propuestas a medio cocinar, te vendrá mejor estar solo. Pero si quieres el mundo y los mundos que hay más allá, invita a salir a una chica que lee. O mejor aún, a una que escriba.

sábado, 26 de abril de 2014

Te amo.

A veces también se me acaban las sonrisas para ti,
a veces también se me acaban las ganas de escribirte. 
Pero te amo, ojala lo entiendas, 
siempre te amo,
 pero a veces mis abrazos no tienen calor 
y mi boca no sabe que decir…
 Pero te amo, 
siempre te amo,
 cuando no te convengo,
 cuando no me soportas,
 cuando te odio, 
te amo.

viernes, 18 de abril de 2014

Quién soy.


Tengo nostalgia de la adolescente que estoy dejando de ser. 
Crezco, y me da miedo madurar y convertirme en una adulta. 
Echo de menos la persona que era, 
porque cuando miro atrás veo que era feliz aunque me parece que no lo sabía. 
Y quizás es que me desengaño de la vida poco a poco, 
me doy cuenta de que no existen las historias felices 
ni los príncipes azules. 
Sentada frente a mi ordenador 
en el mismo lugar de siempre 
veo que pasa el tiempo, 
y todo el mundo se transforma en alguien 
que se parece vagamente a la persona que recuerdo. 
Pero no son ellos. 
Y lo pero de todo, 
es que yo tampoco sé quién soy.

miércoles, 16 de abril de 2014

¿Quienes somos?

Siempre he creído que es lo que somos…

Traumas de la infancia…

Lo que te prohibieron, 

lo que no te dieron, 

lo que te obligaron a aceptar 

y lque te arrebataron

 crean tu carácter.

viernes, 11 de abril de 2014

Bienvenido a mi vida.


Si eliges estar conmigo,
 tienes que saber que los domingos son mis peores días, 
tienes que saber que mi autoestima sube y baja muy a menudo.
 Y que una simple palabra me puede hundir. 
Tampoco tienes que olvidar que lloro fácilmente, 
que me río por todo
 Y que no me gusta salir con las demás chicas. 
Recuerda también que tengo miedo a enamorarme 
porque me hicieron mucho daño. 
Si después de saber esto
 y descubrir mis otros defectos,
 te has fijado en mis virtudes,
 bienvenido a mi vida.

miércoles, 9 de abril de 2014

Nunca


Nunca hubo un nosotros.
 No nos amamos. 
No podíamos amarnos. 
Él nunca me amo y yo nunca lo ame. 
Porque nadie puede amar a alguien que no se ama
 y nadie puede amar a otra persona si no se ama a sí misma. 
Pero ¡vaya! que ilusión más hermosa
 la que creamos él y yo.

domingo, 6 de abril de 2014

Malas costumbres.


Tenemos la mala costumbre de querer a medias,
de no mostrar lo que sentimos a los que están cerca.
 Tenemos la mala costumbre de echar en falta lo que amamos
solo cuando lo perdemos 
es cuando añoramos. 
Tenemos la mala costumbre de perder el tiempo, 
buscando tantas metas falsas, 
tantos falsos sueños. 
Tenemos la mala costumbre
 de no apreciar
 lo que de verdad importa...

sábado, 5 de abril de 2014

Palabras.


Una sola palabra hubiese bastado para salvarme. 
Una sola. Una llamada, una caricia, algo. 
Un indicio de preocupación, de que te importaba. De que querías que siguiera viva. 
Pero hiciste oídos sordos, te hiciste a un lado. 
No me escuchaste.